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Fiscalidad de activos financieros en España (2025): guía práctica para inversores

Resumen Ejecutivo

Esta guía ofrece una visión completa de la fiscalidad aplicable a diferentes activos financieros en España durante 2025, dirigida especialmente a inversores jóvenes con conocimientos intermedios y objetivos de libertad financiera a medio plazo. El documento examina en detalle los principios básicos tributarios, incluyendo la estructura de la base imponible del ahorro (con tipos progresivos del 19% al 30%), los mecanismos de compensación de pérdidas, y las ventajas del diferimiento fiscal.

Analiza específicamente la tributación de ETFs destacando sus diferencias con fondos de inversión tradicionales, la inversión inmobiliaria (directa, a través de SOCIMIs, y mediante fondos inmobiliarios), y la cada vez más relevante fiscalidad de las criptomonedas. Para cada activo, se presentan sus ventajas y desventajas tributarias, junto con estrategias prácticas de optimización fiscal.

La guía concluye que, aunque importante, la fiscalidad debe ser un factor secundario tras la calidad intrínseca de las inversiones, recomendando priorizar el enfoque a largo plazo, la diversificación tanto de activos como de vehículos fiscales, y la planificación anual cuidadosa de operaciones tributarias.

Índice

  1. Introducció
  2. Principios básicos que debes conocer
  3. ETFs: fiscalidad en detalle
  4. Inmobiliario: opciones y su fiscalidad
  5. Criptomonedas: clarificando su fiscalidad
  6. Comparativa fiscal entre activos
  7. Estrategias fiscales integrales
  8. Conclusión: optimiza tu estrategia fiscal

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Cuando inviertes tus ahorros, los impuestos son tan importantes como la rentabilidad bruta. La fiscalidad puede marcar la diferencia entre una inversión rentable y otra que no lo es, por eso necesitas entender cómo tributa cada activo financiero.

Esta guía te ayudará a navegar por la fiscalidad española de 2025, centrándose en los activos más relevantes para inversores como tú que buscan construir patrimonio a medio plazo con un nivel de riesgo moderado.

7 Principios básicos que debes conocer 

Antes de analizar cada tipo de inversión, es importante que entiendas algunos conceptos clave:

1. Base imponible del ahorro: el núcleo de tu fiscalidad inversora

La base imponible del ahorro es donde integrarás las ganancias de tus inversiones financieras, separadas de tus ingresos laborales. Se compone principalmente de los rendimientos del capital mobiliario (dividendos, intereses, cupones de bonos) y las ganancias o pérdidas patrimoniales (beneficios o pérdidas por vender activos).

En 2025, tu dinero tributará de forma escalonada según estos tramos:

  • hasta 6.000€ pagarás un 19%
  • de 6.000,01€ a 50.000€ un 21%
  • de 50.000,01€ a 300.000€ un 23%
  • cualquier cantidad superior a 300.000€ un 30%
Recuerda que estos porcentajes se aplican solo al dinero dentro de cada tramo, no a toda tu ganancia. Por ejemplo, si obtienes 30.000€, solo pagarás el 21% sobre la parte que excede los 6.000€, mientras que esos primeros 6.000€ tributan al 19%.

2. Compensación de pérdidas: tu herramienta de optimización

Tener pérdidas en inversiones nunca es agradable, pero fiscalmente puedes aprovecharlas para reducir tu factura tributaria. Primero compensarás rendimientos del capital mobiliario positivos con negativos entre sí, y lo mismo con ganancias y pérdidas patrimoniales. Si después te queda un saldo negativo en una categoría y positivo en otra, podrás compensar hasta el 25% del saldo positivo.

La clave está en la planificación temporal: si después de todas las compensaciones te queda saldo negativo, podrás aplicarlo en los cuatro años siguientes. Si tienes grandes pérdidas este año, considera diferir algunas ventas con ganancias para los próximos ejercicios donde podrás compensarlas. Debes aplicar siempre primero las pérdidas más antiguas para no perderlas, y ten cuidado con las ventas y recompras en menos de dos meses, ya que podrían limitar tu capacidad para computar pérdidas.

3. Diferimiento fiscal: el poder del interés compuesto

El diferimiento fiscal te permite retrasar el pago de impuestos sobre tus ganancias, lo que supone una de las ventajas más potentes en inversión a largo plazo. Cuando diferies impuestos, el dinero que no pagas sigue trabajando e invirtiendo para ti, aprovechando al máximo el efecto de la capitalización compuesta.

Los fondos de inversión son el vehículo estrella del diferimiento en España, ya que te permiten traspasar dinero entre fondos sin tributar por las ganancias acumuladas. También cuentan con esta ventaja los planes de pensiones (aunque con limitaciones de aportación y liquidez), los seguros de vida-ahorro que cumplen ciertos requisitos, y los ETFs de acumulación que reinvierten automáticamente los dividendos. Con el tiempo, esta ventaja puede suponer miles de euros de diferencia en tu patrimonio final.

4. Imputación temporal: cuándo declarar

Saber en qué momento debes declarar fiscalmente tus ganancias o pérdidas es fundamental para no cometer errores. La regla general indica que debes declararlas cuando se produce la alteración patrimonial, es decir, cuando vendes, transmites o reembolsas un activo. Sin embargo, hay excepciones importantes que debes conocer.

Los dividendos y cupones tributarán cuando son exigibles, no necesariamente cuando los recibes en tu cuenta. Las ganancias en fondos solo al realizar el reembolso (no en el traspaso), mientras que en criptomonedas cualquier intercambio, incluso entre diferentes criptos, genera un evento fiscal. Para operaciones a plazo, podrás distribuir la ganancia proporcionalmente según vayas recibiendo los cobros, lo que puede ayudarte a optimizar tu tributación.

5. Retenciones vs. tributación final

Las retenciones que te practican (generalmente del 19%) son solo anticipos a cuenta de tu tributación final, no el impuesto definitivo. Los dividendos e intereses suelen tener esta retención automática, mientras que las ganancias en fondos y acciones solo en algunos casos. Los ETFs extranjeros y criptomonedas generalmente no tienen retención previa.

No confundas la ausencia de retención con la ausencia de tributación: aunque no te hayan retenido nada, estás obligada a declarar y pagar los impuestos correspondientes. La ventaja de los activos sin retención es que te dan más liquidez inmediata, pero exigen que tengas disciplina para reservar lo necesario para el pago de impuestos en la declaración anual.

6. Exenciones y casos especiales

Algunos casos especiales pueden afectar significativamente tu tributación. Contrario a lo que muchos creen, la exención de 1.500€ anuales en dividendos fue eliminada hace años y ya no está vigente. Si tienes activos adquiridos antes de 1994, podrías beneficiarte de los coeficientes de abatimiento que reducen la tributación de la parte de la ganancia generada hasta el 20 de enero de 2006. La parte de la ganancia generada a partir de esa fecha tributa con normalidad.

La venta de tu vivienda habitual puede tener ventajas fiscales importantes si reinviertes el importe en otra vivienda habitual, permitiéndote diferir la tributación. Además, recuerda que las transmisiones lucrativas (donaciones y herencias) tienen su propia fiscalidad fuera del IRPF, con importantes diferencias según la comunidad autónoma donde residas.

7. El impacto del tiempo de permanencia

Un error común es pensar que mantener inversiones más de un año reduce la tributación en España, como ocurre en otros países. La realidad es que todas las ganancias tributan igual independientemente del tiempo que mantengas la inversión. No existe un tipo reducido para inversiones a largo plazo en nuestro sistema fiscal.

Sin embargo, mantener inversiones más tiempo sigue siendo fiscalmente eficiente porque difiere el pago de impuestos. Mientras no vendas, no tributas por las ganancias no realizadas, lo que te permite aprovechar el crecimiento compuesto de tu inversión sin las mermas fiscales. Esta es una de las razones por las que las estrategias de "comprar y mantener" suelen ser fiscalmente más eficientes que el trading frecuente, además de generar menos costes de transacción.

ETFs: fiscalidad en detalle

Los ETFs (Exchange-Traded Funds) han ganado enorme popularidad entre inversores como tú gracias a su diversificación, bajas comisiones y facilidad de compra. Sin embargo, para sacar el máximo partido a esta herramienta de inversión, necesitas entender claramente su fiscalidad.

Cómo tributan los ETFs

Los ETFs tributan igual que las acciones, como ganancias y pérdidas patrimoniales en la base del ahorro. Esto te beneficia porque solo pagarás impuestos cuando decidas vender tus participaciones, no mientras mantengas la inversión. Durante todo el tiempo que conserves tus ETFs, las ganancias latentes pueden seguir creciendo sin carga fiscal, independientemente de cómo evolucione su valor.

Para calcular tu ganancia o pérdida, restarás al precio de venta el precio de compra y todos los gastos asociados (comisiones de compra y venta principalmente). Si has realizado varias compras del mismo ETF en diferentes momentos, la Agencia Tributaria aplica el método FIFO (First In, First Out), considerando que vendes primero las participaciones más antiguas. Debes llevar un registro cuidadoso de tus fechas y precios de compra para facilitar estos cálculos.

ETFs vs. Fondos de inversión: la gran diferencia fiscal

La principal desventaja fiscal de los ETFs frente a los fondos de inversión tradicionales es que no puedes traspasarlos sin tributar. Cuando vendes un ETF para comprar otro, aunque sea dentro de la misma gestora o con la misma estrategia, deberás declarar y pagar impuestos por las posibles ganancias generadas en ese momento.

En cambio, con los fondos de inversión tradicionales, puedes realizar traspasos entre fondos sin consecuencias fiscales inmediatas, lo que te permite cambiar tu estrategia, gestora o tipo de activo subyacente sin pagar impuestos hasta el momento del reembolso final. Esta diferencia puede ser significativa si realizas ajustes frecuentes en tu cartera o rebalanceos periódicos.

Por otro lado, los ETFs suelen tener comisiones más bajas que muchos fondos tradicionales, lo que podría compensar parcialmente esta desventaja fiscal a largo plazo. 

Una cartera compuesta exclusivamente por ETFs te ofrece diversificación y bajas comisiones. Para optimizar la fiscalidad, rebalancea usando tus nuevas aportaciones: dirígelas hacia los activos infrarrepresentados sin necesidad de vender los que han crecido.

Si mantienes una estrategia estable durante tus fases de acumulación (vida laboral) y desacumulación (jubilación), la desventaja fiscal de los ETFs frente a los fondos pierde relevancia, mientras que te beneficias continuamente de sus menores costes operativos.

ETFs de distribución vs. acumulación: impacto fiscal

Cuando inviertes en ETFs, puedes elegir entre dos modalidades con impacto fiscal diferente. Los ETFs de distribución te pagarán dividendos periódicamente, que deberás declarar como rendimientos del capital mobiliario en el año que los recibes, sumándose a tu base imponible del ahorro.

Los ETFs de acumulación reinvierten automáticamente los dividendos, aumentando el valor de tus participaciones sin generar un evento fiscal. Esta reinversión automática te brinda un pequeño diferimiento fiscal, ya que solo tributarás por esos dividendos acumulados cuando vendas el ETF. Para estrategias a largo plazo, los ETFs de acumulación suelen ser fiscalmente más eficientes, permitiéndote aprovechar mejor el efecto del interés compuesto.

ETFs domiciliados dentro vs. fuera de España

La mayoría de ETFs populares están domiciliados en Irlanda o Luxemburgo, lo que puede tener implicaciones fiscales para ti. Los ETFs de estas jurisdicciones suelen aplicar retenciones sobre dividendos según los convenios de doble imposición.

En el caso de ETFs europeos, no necesitas preocuparte por el Modelo 720 (declaración de bienes en el extranjero) si los adquieres a través de un broker español, ya que éste ya reporta esta información a la Agencia Tributaria. Sin embargo, si utilizas plataformas extranjeras, podrías tener obligaciones adicionales de información.

Estrategias para optimizar la fiscalidad de tus ETFs

Para sacar el máximo partido fiscal a tus inversiones en ETFs, considera estas estrategias:

Mantén tus ETFs a largo plazo. Cuanto más tiempo conserves tus participaciones, más podrás aprovechar el diferimiento fiscal sobre las ganancias no realizadas. El trading frecuente con ETFs genera eventos fiscales continuos que reducen tu rentabilidad neta.

Si necesitas liquidez, considera vender parcialmente tus ETFs para aprovechar los tramos más bajos del impuesto. Vender participaciones por valor de 6.000€ de ganancia cada año te permitiría tributar siempre al 19%, en lugar de acumular una gran venta que podría llevarte a tramos del 21%, 23% o incluso 30%.

Utiliza las pérdidas de forma estratégica. Si tienes ETFs con pérdidas latentes, puedes venderlos para compensar ganancias de otros activos, reduciendo así tu base imponible. Tras la venta, puedes esperar al menos dos meses para recomprar el mismo ETF si lo deseas (para evitar que se considere una "operación de lavado" que anularía la pérdida fiscal).

Considera combinar ETFs con fondos indexados de gestión pasiva. Para estrategias que requieran rebalanceos frecuentes, podrías usar fondos indexados aprovechando su ventaja fiscal en los traspasos, mientras mantienes ETFs para las posiciones más estables a largo plazo.

Con estas estrategias fiscales, podrás aprovechar las ventajas de los ETFs minimizando su principal desventaja fiscal frente a los fondos tradicionales, optimizando así la rentabilidad neta final de tus inversiones.

Inmobiliario: opciones y su fiscalidad

La inversión inmobiliaria continúa siendo una alternativa sólida para diversificar tu cartera. Tienes diferentes opciones para exponerte a este mercado, cada una con su propio tratamiento fiscal que debes conocer para optimizar tus rendimientos.

Inversión directa en inmuebles

Cuando compras un inmueble para alquilarlo, deberás considerar dos momentos fiscales clave: durante el alquiler y en la eventual venta.

Los ingresos que obtengas por alquiler tributan como rendimientos del capital inmobiliario en tu declaración de la renta. La buena noticia es que puedes deducir numerosos gastos relacionados con la propiedad: intereses hipotecarios, gastos de comunidad, IBI, seguros, reparaciones e incluso la amortización anual del inmueble (generalmente un 3% del valor de construcción).

No olvides que también deberás hacer frente a impuestos municipales que impactan en la rentabilidad de tu inversión. El principal es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), un tributo anual cuyo importe varía según el municipio y el valor catastral de la propiedad. Además, al comprar pagarás el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que oscila entre el 6% y el 11% según la comunidad autónoma. Si vendes, el ayuntamiento te cobrará la Plusvalía Municipal sobre el incremento del valor del terreno, aunque puedes incluirla como gasto deducible en tu IRPF.

Si alquilas tu propiedad como vivienda permanente, disfrutarás de una reducción del 60% sobre el rendimiento neto. Esta ventaja fiscal puede marcar una diferencia considerable, ya que en la práctica significa tributar por menos de la mitad de tus beneficios reales, mejorando sustancialmente la rentabilidad después de impuestos.

Cuando decidas vender el inmueble, la diferencia entre el precio de venta y el de compra (más gastos e inversiones realizadas) generará una ganancia o pérdida patrimonial. Esta plusvalía tributará en la base del ahorro con los tipos progresivos que ya conocemos (del 19% al 30% según el importe).

SOCIMIs: inmobiliario en bolsa

Las SOCIMIs (Sociedades Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario) te permiten invertir en el sector inmobiliario a través de la bolsa, sin necesidad de comprar directamente propiedades.

Estas sociedades disfrutan de un régimen fiscal especial, tributando al 19% en el Impuesto sobre Sociedades en lugar del tipo general del 25%. Además, están obligadas por ley a distribuir como mínimo el 80% de sus beneficios en forma de dividendos, lo que las convierte en una opción interesante si buscas ingresos periódicos.

Desde tu perspectiva como inversora, cuando inviertes en SOCIMIs tributarás por los dividendos recibidos como rendimientos del capital mobiliario, integrándose en tu base imponible del ahorro. Si vendes tus acciones de SOCIMIs, la ganancia o pérdida patrimonial también irá a la base del ahorro.

Su ventaja principal radica en la liquidez que te ofrecen (puedes comprar y vender en el mercado continuo) y en la posibilidad de acceder al sector inmobiliario con pequeñas cantidades de dinero, algo imposible en la inversión directa.

Fondos de inversión inmobiliaria

Los fondos de inversión inmobiliaria te ofrecen una combinación de características que puede resultarte atractiva: acceso al mercado inmobiliario con mayor liquidez que la inversión directa y ventajas fiscales específicas.

La principal ventaja fiscal de estos fondos es que puedes traspasar tu inversión a otro fondo sin tributar inmediatamente por las plusvalías generadas. Esta característica, que comparten con el resto de fondos de inversión, te permite modificar tu estrategia o cambiar de gestora sin penalización fiscal hasta que decidas reembolsar definitivamente tu inversión.

Los fondos inmobiliarios también te permiten diversificar con un capital inicial mucho menor que la inversión directa, accediendo a diferentes tipos de inmuebles (oficinas, locales comerciales, naves industriales) y ubicaciones geográficas que serían inaccesibles para una inversora individual.

La tributación final, cuando reembolses tus participaciones, será como ganancia o pérdida patrimonial en la base del ahorro, con tipos entre el 19% y el 30%.

Si tu objetivo es combinar exposición al sector inmobiliario con eficiencia fiscal y no necesitas un control directo sobre los activos, estos fondos pueden ser una alternativa más adecuada que la propiedad directa, especialmente si no cuentas con un capital elevado o prefieres delegar la gestión a profesionales del sector.

Criptomonedas: clarificando su fiscalidad

Las criptomonedas han pasado de ser un activo de nicho a una opción de inversión cada vez más común. Para evitar sorpresas desagradables con Hacienda, necesitas entender claramente cómo tributan en España.

Tratamiento fiscal básico

Las criptomonedas tributan principalmente como ganancias y pérdidas patrimoniales dentro de la base del ahorro. Esto ocurre en dos momentos clave: cuando las vendes por euros o cuando las intercambias por otras criptomonedas.

Cuando vendes tus criptomonedas por euros, deberás calcular la diferencia entre su valor de adquisición (lo que pagaste por ellas) y su valor de transmisión (lo que recibes al venderlas). Esta diferencia constituye tu ganancia o pérdida patrimonial.

Un aspecto frecuentemente ignorado es que el intercambio entre distintas criptomonedas también genera un evento fiscal. Si cambias Bitcoin por Ethereum, por ejemplo, aunque no hayas visto un euro en efectivo, para Hacienda has realizado una transmisión. Deberás calcular la ganancia o pérdida tomando como referencia el valor de mercado de las criptomonedas en ese momento.

Por otro lado, algunas actividades como el minado o el staking reciben un tratamiento diferente. Los ingresos obtenidos por minar o por el staking tributan como rendimientos del capital mobiliario, no como ganancias patrimoniales, lo que implica que no podrás compensarlos con pérdidas de otras inversiones.

Obligaciones específicas y control fiscal

La Agencia Tributaria ha intensificado significativamente su vigilancia sobre las criptomonedas. Si utilizas exchanges o plataformas extranjeras, debes tener presente la obligación de presentar el Modelo 721 (declaración de bienes en el extranjero) cuando el valor de tus criptomonedas supere los 50.000 euros.

Las plataformas de intercambio ya están obligadas a reportar información sobre tus operaciones a Hacienda. Desde 2025, la Agencia Tributaria incorpora automáticamente en los datos fiscales las operaciones con criptomonedas reportadas por estas plataformas, facilitando su declaración pero también dificultando su ocultación.

Un error común es pensar que las criptomonedas son anónimas y, por tanto, indetectables para Hacienda. La realidad es que la AEAT cuenta con tecnología para rastrear transacciones en blockchain, y las sanciones por no declarar pueden ser severas.

Estrategias fiscales para inversoras en criptomonedas

Para optimizar tu fiscalidad cuando inviertes en criptomonedas:

  • Mantén un registro detallado de todas tus operaciones. Documenta cada compra, venta e intercambio con fechas, cantidades y valores. Existen herramientas específicas que pueden ayudarte con esto.
  • Si has tenido pérdidas con criptomonedas, puedes compensarlas con ganancias de otras inversiones (como acciones o fondos) hasta un 25% del saldo positivo de estas últimas. Esta estrategia puede reducir significativamente tu factura fiscal.
  • Considera el método FIFO (primeras criptomonedas en entrar, primeras en salir) que es el que, por defecto, aplica Hacienda para calcular ganancias y pérdidas cuando tienes múltiples compras de la misma criptomoneda.
  • Si planeas realizar grandes ventas con beneficios, valora distribuirlas entre varios ejercicios fiscales para aprovechar los tramos más bajos de tributación en cada año, en lugar de concentrar todas tus ganancias en un solo ejercicio.

Con una planificación adecuada y un buen entendimiento de las normas fiscales, podrás disfrutar de las oportunidades que ofrecen las criptomonedas minimizando su impacto tributario.

Comparativa fiscal entre activos

Para que puedas tomar mejores decisiones, aquí tienes una comparativa práctica:

Activo Ventajas fiscales Desventajas fiscales Mejor para...
Fondos de inversión Diferimiento fiscal en traspasos Dividendos no pueden reinvertirse automáticamente sin tributar Inversores que cambian de estrategia frecuentemente
ETFs Baja tributación mientras mantienes la inversión Sin diferimiento en traspasos Estrategias "comprar y mantener"
Acciones directas Control sobre momento de tributación de dividendos Dividendos tributan cada vez que se reciben Inversores que quieren control total
SOCIMIs Alta rentabilidad por dividendo Dividendos tributan anualmente Exposición al sector inmobiliario con liquidez
Inmuebles en alquiler Reducción del 60% por alquiler de vivienda habitual Impuestos locales como IBI e impuestos sobre la plusvalía nacional y municipal Inversores con capital importante que buscan ingresos recurrentes
Criptomonedas Sin retención previa Control exhaustivo de la AEAT Diversificación y alto potencial de revalorización

Estrategias fiscales integrales

Estas son algunas estrategias que puedes considerar:

Combinar activos con diferimiento y sin diferimiento

Distribuye tus inversiones entre vehículos con y sin diferimiento fiscal para maximizar ventajas:

  • Utiliza fondos de inversión para tus estrategias más activas donde preveas cambios
  • Mantén ETFs o acciones para posiciones más estables y a largo plazo
  • Considera SOCIMIs para exposición inmobiliaria líquida
  • Evalúa la inversión directa en inmuebles si tienes capacidad de gestión

Aprovechar los tramos impositivos

Planifica tus ventas para optimizar tu tributación:

  • Distribuye las realizaciones de ganancias en diferentes ejercicios fiscales
  • Utiliza las pérdidas para compensar ganancias del mismo año
  • Considera materializar plusvalías hasta el límite del tramo del 19% cada año

Mantener un registro detallado

Para inversiones en ETFs y especialmente criptomonedas:

  • Documenta cada transacción con fecha, precio y comisiones
  • Guarda justificantes de todas las operaciones
  • Utiliza herramientas especializadas para seguimiento fiscal

Conclusión: optimiza tu estrategia fiscal

La fiscalidad de los activos financieros puede marcar la diferencia entre una inversión exitosa y una decepcionante. Las decisiones que tomes hoy tendrán un impacto significativo en tu patrimonio futuro.

Prioriza el enfoque a largo plazo, ya que la fiscalidad española premia claramente a quienes mantienen sus inversiones en el tiempo, aprovechando el diferimiento tributario. No vendas sin necesidad lo que has comprado con convicción.

Diversifica no solo entre clases de activos sino también entre vehículos con diferentes tratamientos fiscales. Un portafolio equilibrado podría combinar fondos indexados para aprovechar traspasos sin tributación, ETFs de acumulación para posiciones estables, y quizás algo de exposición inmobiliaria a través de SOCIMIs o inversión directa.

Planifica con antelación tus operaciones tributarias importantes. Las decisiones de diciembre pueden tener un gran impacto en abril, especialmente cuando se trata de materializar pérdidas para compensar ganancias o rebalancear tu cartera.

Recuerda revisar anualmente tu estrategia fiscal, ya que la normativa cambia con frecuencia, como evidencia el reciente incremento del tipo máximo del 28% al 30%.

Aunque optimizar la fiscalidad es importante, nunca pierdas de vista que una inversión mediocre con ventajas fiscales sigue siendo mediocre. Busca primero activos de calidad y luego aplica las estrategias fiscales que has aprendido para maximizar sus rendimientos netos.

Glosario 

Método FIFO (First In, First Out) Sistema de la Agencia Tributaria para calcular ganancias o pérdidas patrimoniales al vender inversiones parcialmente. Las primeras unidades vendidas corresponden a las primeras compradas.

Diferimiento fiscal Mecanismo que permite aplazar el pago de impuestos sobre ganancias, permitiendo que el capital siga creciendo. Los fondos de inversión son el principal vehículo de diferimiento en España.

SOCIMIs (Sociedades Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario) Vehículos de inversión inmobiliaria cotizados con régimen fiscal especial. Deben repartir mínimo 80% de beneficios como dividendos y tributan al 19% en Impuesto sobre Sociedades.

Base imponible del ahorro Parte de la base imponible del IRPF que integra rentas de capital mobiliario y ganancias patrimoniales. Se grava con tipos progresivos diferentes al trabajo (19%, 21%, 23% y 30% en 2025).

Operación de lavado (wash sale) Estrategia de vender un activo para generar pérdida fiscal deducible y recomprarlo casi inmediatamente. La normativa española limita esta práctica dentro de un período de dos meses.

Fuentes consultadas